La composición corporal individual depende en gran parte de la genética, y el sistema endocrino, no obstante el estilo de vida, la alimentación, el ejercicio físico, el comportamiento alimentario o el estrés, entre otros factores pueden modificar temporalmente la masa grasa y masa muscular. Cuando hay una situación de bajo peso (IMC por debajo de 18,5) con un bajo porcentaje de grasa puede suponer ciertos riesgos en salud, que requieren de un tratamiento médico, nutricional, y psicológico.
Es fundamental un adecuado diagnóstico médico y tratamiento nutricional hipercalórico personalizado y equilibrado en el aporte de nutrientes, enfocado al aumento progresivo de la masa grasa, o magra en concordancia con la composición corporal.
Aumentar de peso no lleva intrínseco una alimentación repleta de alimentos o productos alimentarios calóricos. El tratamiento nutricional es progresivo, adaptado y siempre con su base en el patrón de la Dieta Mediterránea.